Un lubricante o el diésel, por si solo, no puede enfrentar todas las situaciones cotidianas de su uso en camiones, por ello es necesario añadir ciertos aditivos, que, en las cantidades adecuadas, aumentan sus propiedades beneficiosas o reducen otras que pueden ser perjudiciales.
Estos aditivos se tratan de sustancias químicas añadidas a una base (aceite lubricante o combustible diésel) y pueden ser calificados como “mecánico en una botella”, debido a que solucionan una gran cantidad de problemas dependiendo de sus funciones.
Los aditivos utilizados tanto para diésel como para lubricantes no cumplen con las mismas funciones, ni están formados con los mismos compuestos, principalmente porque tanto los lubricantes como el diésel enfrentan problemas distintos durante su uso.
Funciones de los aditivos para lubricante
Las funciones que deben cumplir los aditivos para lubricante se pueden resumir en tres puntos específicos:
- Proteger a los agentes lubricantes ante los diversos cambios químicos que puedan ocurrir, tales como la oxidación del aceite.
- Brindarle protección a la maquinaria ante las posibles fallas en el suministro de combustible o lubricante, así como de los subproductos de la combustión.
- Añadir más propiedades físicas a los lubricantes o mejorar las que ya poseen, como la fluidez del aceite.
Entre los aditivos más comunes que se utilizan para lubricantes destacan los aditivos antioxidantes, que retrasan el proceso de envejecimiento de los lubricantes; los aditivos anticorrosivos, los aditivos antiespumantes, los aditivos antidispersantes, los aditivos espesantes, los aditivos antidesgaste y los aceites diluyentes.
Funciones de los aditivos para diésel
Los aditivos para diésel presentan una gama de soluciones ante los diversos problemas que puedan ocurrir en el sistema de suministro de combustible, lo que ayuda al correcto mantenimiento y lubricación de los motores diésel.
Este tipo de aditivos para diésel cumplen, así mismo, con una serie de funciones específicas:
- Ahorrar en el consumo de combustible al optimizar la correcta combustión de este, también elevando el octanaje de este y mejorando el rendimiento general del camión.
- Proteger los circuitos internos del motor como el de inyección o el de refrigeración al limpiarlo internamente eliminando todos los sedimentos y partículas que se quedan incrustadas en el interior.
- Reducir la emisión de gases contaminantes, producto de la combustión del Diesel, ya que disminuye la formación de residuos dentro del sistema de admisión.
- Previene el congelamiento del agua que ayuda a refrigerar el motor, lo que ocasionaría que la temperatura de esta suba más de lo debido, reduciendo su vida útil o, en el peor de los casos, dañándolo por completo.
Entre los aditivos más comunes para diésel destacan los aditivos anticongelantes, los aditivos estabilizadores de combustible, los aditivos aumentadores de presión del octano, los aditivos limpiadores de inyectores de combustible, y los aditivos antigelificantes.
Como se puede ver, existen muchas diferencias entre los aditivos para lubricante y los aditivos para diésel, ya que estos son formulados en base a necesidades distintas, pero, en conjunto, son un aliado potente para alargar la vida útil de sus motores y protegerlo ante cualquier daño posible por el uso.