En 1750 Franklin experimentó por primera vez con el uso de refrigerantes. Usó un vacío para evaporar éter líquido y terminó con resultados significativos. Unos 100 años más tarde, James Harrison inventó una máquina que podía comprimir cualquier gas a líquido y viceversa en un ciclo continuo conocido como el ciclo de compresión / evaporación.
Antes de 1895, el ciclo continuo fue ampliamente utilizado en la mayor parte del mundo industrializado. En los primeros días, cualquier gas podía usarse como refrigerante siempre que se pudiera comprimir. Se tuvieron en cuenta varios factores, pero la masa fue uno de los más importantes. El refrigerante más adecuado depende del diseño y el propósito de la máquina, siendo la eficiencia el único objetivo de los diseños.
Los refrigerantes se convirtieron en un peligro importante para la década de 1920, lo que provocó que las principales empresas pusieran en común sus recursos para encontrar mejores opciones. Esto se debe a que los refrigerantes usados más comúnmente son tóxicos o inflamables. Se inventó una nueva clase de productos químicos conocidos como clorofluorocarbonos (CFC). Este compuesto está compuesto de carbono, flúor y cloro. No es tóxico, no es inflamable y tiene una masa relativamente alta y se comprime fácilmente en forma líquida. El CFC también elimina una gran cantidad de calor cuando se evapora, lo que lo convierte en un excelente refrigerante porque no reacciona con nada. Es muy estable y lo único que puede descomponerlo es la luz ultravioleta.
Fue solo en la década de 1970 que los científicos se dieron cuenta de que el CFC no es inofensivo en absoluto. Se dieron cuenta de que una vez que se rompieron los enlaces químicos, el cloro no se descompone en la reacción. Esto es arriesgado porque destruye lentamente la capa de ozono años más tarde. En 1995, la compañía de A / C móvil cambió a un nuevo refrigerante.
Actualmente, la mayoría de los sistemas usan refrigerantes a base de hidroclorofluorocarbono (HCFC) e hidrofluorocarbono (HFC). Sus ventajas son similares a las de los CFC, pero no dañan el escudo de ozono. Una de las principales características de cada sistema de aire acondicionado / refrigeración es su contribución al calentamiento global (GW). El reemplazo más probable para HCFC y HFC es hydrofluoroolefin (HFO). Tiene un GWP bajo y se puede usar con los sistemas de diseño de refrigeración existentes. La idea es eliminar los HCFC y los HFC para el año 2030.