Desde las primeras máquinas de la industrialización, se vio la necesidad de lubricar sus piezas. En parte para evitar la oxidación, pero principalmente porque cuando el metal entra en contacto con más metales, se genera mucha fricción, lo cual se traduce en calor, expansión, desgaste y eventuales averías.
Los aceites lubricantes se componen normalmente de una base y un conjunto de aditivos, utilizados para mejorar el rendimiento y las características químico-físicas para conseguir un alto rendimiento. Las dos características principales que pueden ser verificadas por el tacto son la densidad y la viscosidad. En sus inicios se utilizaban aceites minerales únicamente.
Estos se obtienen mediante procesos con, como su nombre lo indica, minerales naturales. Si bien fueron un gran logro, tienen algunas limitantes. Por ejemplo, si están diseñados para operar en extremos de temperaturas altas o bajas, no sirven en condiciones del extremo opuesto. Por necesidades específicas de viscocidad, temperatura de operación y condiciones específicas de trabajo, se diseñaron los aceites sintéticos que usualmente son un poco más costosos, pero tienen mayor durabilidad.
Hasta los años 80, la tarea de los lubricantes para motores 4Temple era, además de enfriar y lubricar las partes mecánicas en fricción de rodadura (como bujías, árboles de levas) y rozamiento (camisas de pistón), reducir la fricción al mínimo y llevar el desgaste a niveles insignificantes. Además, se necesitaban lubricantes «gruesos», es decir con una gradación especialmente alta (como SAE 20W50) para crear un espesor considerable que cubriera los espacios entre las piezas de deslizamiento.
Hoy en día el uso de materiales con expansiones térmicas reducidas y efectos de acoplamiento también reducidos muchos los fabricantes prefieren viscosidades especiales para sus motores, por lo que es conveniente la asesoría de expertos y consultar las necesidades específicas de la maquinaria. Además, los fabricantes de lubricantes emiten solicitudes especiales de especificaciones para garantizar que sus motores no sufran rupturas, agarrotamientos y otras averías con ciertos aceites.
En vehículos
También hay lubricantes específicos para componentes específicos de máquinas y motores. Por ejemplo, muy comunes en vehículos como motocicletas están los aceites de motores de 4 tiempos y de 2 tiempos, básicamente desde sus inicios. En ellos el aceite también ha sido responsable de que los segmentos tengan un buen sellado; asegurar la protección de las superficies metálicas contra la corrosión; y contribuir a mantener limpios los componentes con los que entra en contacto.
Por último, pero no por ello menos importante, apoya en la refrigeración del motor y crear el menor número posible de residuos, en el caso de que no sean recogidos por el filtro (motor de cuatro tiempos) o parte de la combustión (motor de dos tiempos).
Según sus características, los aceites de motor, en caso de falta de lubricación, pueden garantizar al motor un tiempo de funcionamiento más o menos limitado antes de agarrotarse. En el mercado existen aditivos específicos que mejoran ciertas cualidades del motor.
Aceite de transmisión
Aunque las funciones para eliminar el calor generado por la fricción y las características de protección de las superficies metálicas siguen siendo las principales desde sus orígenes, los aceites para cajas de cambios de velocidad, diferenciales y / o de engranajes deben tener:
- Alta estabilidad en caso de existir oxidación. Esto para largos periodos de funcionamiento, incluso en temperaturas de funcionamiento inferiores a las de los aceites de motor.
- Propiedades antiespumantes aumentadas, para contrarrestar la agitación violenta producida por los engranajes en el baño de aceite.
- Funciones antioxidantes, para proteger las superficies metálicas de la humedad, tanto atmosférica como por otras razones.
- Estructura particularmente adecuada para las presiones extremas generadas por el aplastamiento de los engranajes.
Aceite hidráulico
La fuerza hidráulica ha sido utilizada desde las primeras civilizaciones. Cuando se ha aprovechado en maquinaria, en algunos tipos de transmisiones, se necesita un lubricante capaz de operar como fluido hidráulico, transmitiendo potencia rápidamente a través de convertidores de par o acoplamientos hidráulicos.
Además de ello tiene que mantener coeficientes de fricción correctos a lo largo del tiempo, para evitar el sobrecalentamiento. De hecho gracias a las propiedades de los lubricantes es que desde los inicios de la maquinaria moderna hasta hoy en día hemos visto progreso. Sin ellos la vida útil de las piezas habría sido muy corta, y en algunos casos prácticamente inexistente. Sin embargo, la característica más importante que debe tener un lubricante en el campo de la transmisión es la capacidad de soportar las altas cargas que se generan normalmente entre los engranes.