Desde 1804 las locomotoras han formado parte de nuestra historia, ya sea para transporte de carga y materiales o transporte de personas.
Todo comenzó con motores propulsados por vapor, que ejercía presión sobre elementos mecánicos y estos estaban encargados de mover las ruedas.
Los trenes han retomado cierta popularidad en el sector turismo, especialmente en el de aventura de lujo, tal es el caso que existen opciones de turismo de muy alta gama con catas de alimentos y bebidas, donde la mayor parte del recorrido se realiza en tren.
¿Qué motor tienen las locomotoras?
Hoy en día encontramos dos tipos de locomotoras, ambas cuentan con un motor diésel.
La diferencia radica entre si el motor propulsa las ruedas o da la energía para propulsar un motor eléctrico que será encargado de esto.
A continuación, un poco más acerca de las diferencias.
Locomotoras con Motor a Diesel
Las locomotoras que están propulsadas únicamente por un motor a diésel requieren que el motor sea sumamente grande.
Estas requieren 11 litros por cada uno de sus 12 cilindros y un rango de compresión de cerca de 16 a 1, en un motor de dos tiempos. Esto para que generar alrededor de 3 mil caballos de potencia.
La razón por la cual es un motor de dos tiempos es simple, este tipo de motores generan el doble de movimientos que un motor de 4 tiempos, por lo que entonces generan mayor potencia y torque para movilizar la masa del tren.
Estos motores están diseñados para mantener el par máximo constantemente durante su funcionamiento; en comparación, sería como mantener un auto a 6,500 revoluciones constantemente.
Motor Eléctrico
En otros casos, este motor puede ser un 20% más pequeño, pero en lugar de enviar directamente la energía a las ruedas de acero del ferrocarril, propulsa un motor eléctrico que a su vez está encargado de dar movimiento a las ruedas del ferrocarril.
Un motor eléctrico no requiere de la generación progresiva de fuerzas, puede entregar el par máximo de torque de manera casi inmediata. Sin embargo, requiere de mayor pericia del conductor para que las ruedas metálicas puedan aprovechar toda esa fuerza y no queden deslizando sobre los rieles de las vías.
Debido a que un motor eléctrico solo requiere una carga y por lo tanto menor esfuerzo por parte del motor de combustión, al final del día se traduce en menor consumo de combustible y menor costo de mantenimiento al no estar expuestos los componentes a las mismas cantidades de esfuerzo.
Para poder realizar el mantenimiento de cualquier vehículo es necesario conocer su funcionamiento y para ello, tenemos mucha información de mucha utilidad, que no solo ayudarán a realizar los mantenimientos de los vehículos, pero a generar mayor rentabilidad en las empresas que los operan.