Resulta casi imposible imaginar el mundo moderno sin la existencia del aerosol, ya que desde cosas tan simples como los perfumes, hasta las industrias más especializadas, no podrían funcionar adecuadamente sin la aplicación de productos diversos en forma de aerosol.
El éxito de los aerosoles reside en que pueden ser utilizados de manera simple, limpia y práctica, con tan sólo apretar una válvula en la mayoría de los casos, para que salga, de manera pulverizada y controlada por presión, el componente deseado: pinturas, insecticidas, lubricantes, medicamentos y perfumes, entre otros.
Orígenes del aerosol
Los orígenes del aerosol se remontan a finales del siglo XVIII, cuando se crearon bebidas carbonatadas presurizadas en Francia, y unas décadas más tardes apareció el sifón de soda para, a mediados de 1800, ser creadas las primeras latas de metal con la capacidad de pulverizar su contenido.
Estas latas eran demasiado grandes como para tener algún tipo de éxito comercial, sin embargo sirvieron como inspiración para Pertsch y Helbling, quienes en 1899 crearon los primeros aerosoles presurizados, y estos utilizaban cloruro de etilo, junto con cloruro de metilo, para propulsar el contenido.
Aerosoles modernos
Para principios del siglo XX fue patentada la primera lata de aerosol con válvula, que fue la base de todos los aerosoles modernos. Ganó popularidad por su facilidad de uso y los beneficios que aportaba en todos los sectores.
Hoy en día muchas compañías explotan comercialmente los aerosoles, desde insecticidas, desodorantes ambientales, productos cosméticos, medicamentos y pinturas, hasta gran cantidad de productos industriales como los lubricantes, limpiadores de motores, anticorrosivos, entre otros.
Funcionamiento del aerosol moderno
Un aerosol suele ser un recipiente (principalmente de aluminio) que lleno de un líquido a presión, el cual es propulsado al exterior por algún tipo de gas licuado, que funciona también como un codisolvente del producto contenido en el mismo, y se evapora instantáneamente al contacto con la atmosfera.
Al presionar la válvula dosificadora de la lata de aerosol, el contenido sale en partículas muy reducidas, lo que facilita que este producto alcance áreas y rincones que son virtualmente inaccesibles con otro tipo de aplicaciones.
El uso del aerosol tiene diversas ventajas, incluyendo la comodidad y rapidez al momento de aplicar el producto, ya que no se requieren herramientas adicionales. Tambien es conveniente su aprovechamiento del contenido al máximo, debido a que todo saldrá por completo debido a la presión interna de la misma y a que la cantidad que sale permite crear capaz ligeras, lo cual facilita una distribución eficaz del contenido de la lata.
Sin duda, los aerosoles juegan un papel importante para todas las industrias y son una de las creaciones más importantes de la vida moderna por su versatilidad y funcionalidad.