Con el paso del tiempo y la circulación en los diferentes caminos, nuestros motores comienzan a acumular suciedad en las diferentes superficies. A pesar de que no es un problema que se generará inmediatamente, a largo plazo puede resultar grave. No solamente puede resultar en una avería, también incrementa el esfuerzo del motor.
Todo esto provocará que la temperatura se incrementa y el consumo de combustible se disparará por una serie de factores. Mayor esfuerzo revolucionará más el motor, por lo tanto requiere más combustible para moverse, además existe mayor desperdicio de combustible debido a la temperatura.
¿Qué problemas puede ocasionar un motor sucio?
Un motor sucio puede tener repercusiones significativas y por lo tanto en las cuentas bancarias de cualquier empresa. Reparaciones que en un principio podrían ser evitadas con una tarea simple de prevención, se volverán más complicadas y costosas.
La tierra y la grasa en las superficies del motor evitan que los componentes de hule pierdan la humedad que les brinda elasticidad, y por lo tanto, estén sujetos a cuarteaduras y grietas que no permitirán soportar la presión generada por los líquidos que circulan por el sistema.
Conforme las formaciones de tierra se acumulan en el filtro de aire, el flujo se ve comprometido, por lo tanto, es más difícil para el motor ingresar aire. La mezcla de combustible es más pobre y se requiere más aceleración para lograr el movimiento que esperaríamos con un flujo normal. Conforme se acelera más, el esfuerzo generado en el motor también se traduce en temperatura, y el aceite lubricante trabaja a marchas forzadas para mantener los componentes lubricados. El liquido anticongelante, también lo hará, para mantener el motor dentro de un rango de temperatura que permita su correcto funcionamiento.
Lavar el motor
Lavar el motor evita todo esto lo que hemos mencionado, además de muchos otros problemas que se podrían presentar. Se tiene la mala concepción de que lavar el motor es una tarea maratónica, y hacerlo de manera regular resulta sumamente costoso. Sin embargo, esto es solo un mito, ya que el lavado del motor no solamente es una tarea sumamente simple y rápida. Hacerlo con regularidad, evitará dejar los vehículos inhabilitados por un largo periodo de tiempo.
El proceso es simple. Primero se toma un aerosol limpiador de motores, se agita el contenido enérgicamente y se rocía asegurando que la espuma que se forma alcance todas las superficies.
Una vez que se cubrió todo, permite que la espuma separe las partículas de grasa, tierra y suciedad de las superficies metálicas y plásticas del motor. Esto, tomará alrededor de 15 minutos, dependiendo de la cantidad de contaminantes que se encuentran en el motor.
Una vez que la espuma haya cambiado completamente de color, habrá que enjuagar con agua y de esta forma quedará limpio el motor.
El aerosol dejará una capa protectora en todas las superficies, que no permitirá que la suciedad se pegue nuevamente a las superficies tan fácilmente. De esa manera, las siguientes ocasiones que se lave el motor, será más sencillo y económico. Ahorrando dinero tanto en el proceso de lavado como en las reparaciones que no se harán.
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