El aceite lubricante es esencial para el buen funcionamiento de las partes móviles de cualquier maquinaria. Su principal función es evitar la fricción entre superficies metálicas, las cuales, a pesar de parecer completamente lisas, presentan minúsculas fisuras e irregularidades que al roce generan calentamiento. El aceite produce un efecto protector y aislante térmico.
La presión de aceite se refiere al grado de resistencia que ejerce este para avanzar desde la bomba que lo impulsa, hacia su recorrido por el sistema de lubricación.
Cuando la maquinaria presenta una presión alta de aceite, significa que el lubricante es demasiado espeso y ofrece resistencia alta para ser bombeado y avanzar. Por el contrario, una presión baja habla de un lubricante poco consistente que fluye con rapidez.
El aceite lubricante presenta distintos grados de presión dentro de los rangos normales durante el uso de una maquinaria, por ejemplo, al encenderse, el aceite está frío y espeso por lo que la presión será alta. Conforme pasa el tiempo y el aceite circula varias veces, este pierde viscosidad y se genera una presión menor.
Las principales razones por las cuales una maquinaria puede presentar presión alta, es por suciedad u oxidación del aceite, lo que dificulta el paso del lubricante, porque el filtro está tapado, por obstrucción en los conductos o porque la válvula by-pass permite el paso de aceite sin filtrar. Otro motivo común son las bajas temperaturas, sobre todo en climas extremos donde las maquinarias pasan la noche a la intemperie. Un clima extremadamente frío puede llegar a prácticamente solidificar el aceite e imposibilitar que fluya. El aceite solidificado no fluirá adecuadamente hacia las diversas piezas móviles de la maquinaria, generando una fricción extrema y sobre calentamiento que puede derivar en fallos catastróficos.
Una presión baja puede deberse a varias razones: un aceite caliente con viscosidad muy baja, por una bomba o cojinetes desgastados, bajo nivel de aceite o por combustible dentro del aceite que reduce su viscosidad. Los efectos de una presión baja de aceite son, entre otros, deterioro en el lubricante, desgaste de las piezas, generación de depósitos sólidos y daños graves.
La mejor manera de evitar problemas de alta o baja presión de aceite es utilizando un lubricante con la viscosidad adecuada al tipo de maquinaria. Elegir un aceite con un punto mínimo de fluidez unos diez grados centígrados menor a la temperatura más baja esperada en el lugar donde se localiza la máquina. De igual manera, dar mantenimiento de forma regular y proteger la maquinaria de climas extremos.