Los productos que consumimos cada día son fabricados en lugares específicos, por personas capacitadas para hacerlo. Pero, los fabricantes no trabajan de manera aislada, sino que forman parte de una cadena de producción.
Una cadena productiva es un proceso que involucra a muchas personas y etapas que van desde la provisión de las materias primas, hasta el momento en que llegan al consumidor final. Es decir, es todo el proceso involucrado en la producción de los bienes materiales que consumimos.
La cadena productiva se caracteriza por tener una secuencia específica en la que está implicado el uso de tecnologías o técnicas diversas que contribuyen a su buen funcionamiento. La intención de la cadena es hacer más eficiente el camino que va desde la producción de un bien o servicio hasta colocarlo en el mercado competitivo para que sea adquirido por la gente.
Las grandes industrias, como la automotriz, tienen cadenas productivas que deben ser sumamente eficientes, ya que involucra muchos elementos. Por un lado, hay un sector que se dedica a todo lo relacionado con los insumos para elaborar las piezas que conformarán a los vehículos. Esto va desde tornillos hasta microchips para las computadoras de los autos. Luego, está el área que transforma esos materiales en las partes que serán puestas en los carros. De ahí, está el ensamblaje de esas partes. Y, finalmente, la distribución de los autos terminados y listos para el comprador.
Además de los actores que están directamente relacionados con la manipulación física de los elementos de la cadena productiva, están quienes contribuyen no en la fabricación, sino en las reglamentaciones que permiten que el producto llegue al mercado. Aquí tenemos abogados, diseñadores, evaluadores, peritos del control de calidad, vendedores, etc.
Podríamos decir que la cadena de producción es el mayor trabajo en equipo que hay. En cada etapa podemos localizar a muchos actores que permiten que funcione bien y que la producción avance; en cierto sentido, la cadena productiva nos conecta a todos.