Uno de los peores enemigos del metal (y de algunos otros materiales) es la corrosión. Y esta a su vez suele ser la consecuencia de descuidos, humedad, aire, suciedad y óxido. En realidad cuando ya hay presencia de óxido en una máquina es esencial que se inspeccione a fondo cada rincón de la misma para hacer la limpieza y sustituciones necesarias. Cuando hay corrosión, es probable que la única salida sea remplazar la pieza.
Primero: óxido
El óxido es el resultado del oxígeno que entra en contacto con el metal. Esa es la explicación sencilla. A nivel molecular suceden una serie de reacciones, en las que el oxígeno poco a poco se une al metal y si bien lo que vemos es ese color café, suceden más cosas. La realidad es que se desgasta el metal y se pierden pequeñas partículas del metal. Además, las nuevas moléculas que son resultado de las reacciones químicas, son más débiles.
A lo largo del tiempo esto sigue sucediendo y en parte se debe al contacto con el aire mismo, aunque a mayor humedad aumenta el riesgo o la velocidad de que aparezca óxido. Asimismo hay productos que protegen contra el óxido de forma indirecta: son repelentes de humedad y alargan la vida útil de la maquinaria industrial y en general cualquier metal.
Después: corrosión
Cuando el óxido sigue su camino y aumenta en volumen, sigue la corrosión. Esta es básicamente el desgaste macrosópico del metal, por medio de la debilitación que sufre a causa del óxido. Es decir, las reacciones químicas continúan desgastando el metal y lo adelgazan. Esto ya es un problema mayor, pues aunque se remueva la capa con óxido, el metal restante estará débil. El otro riesgo es que el óxido y la corrosión aumentan de manera exponencial si no se hace nada al respecto.
Por lo tanto es indispensable que se recubra toda maquinaria industrial con grasas, repelentes de agua y hasta techos, además de mantenerlas en temperaturas y condiciones de humedad de bajo riesgo. En segundo lugar, a la primera aparición de óxido, a pesar de cuidados constantes, es necesario limpiar la oxidación y evaluar si es necesario cambiar la pieza. Además es importante prestar atención especial a la zona alrededor de donde hay óxido y darle mayor protección.