Desde el inicio de las locomotoras en 1804, estas han usado el vapor como sistema de propulsión. La industria ferroviaria ha sido una de las que menos ha evolucionado. Tanto así, que las redes ferroviarias que se utilizaban hace un par de siglos siguen siendo utilizadas.
En los últimos años se ha visto un notable crecimiento en las tecnologías híbridas como fuente de poder para la industria del transporte. En todos los niveles, y los trenes no se podían quedar atrás, la combinación de motores de combustión y eléctricos representan varios beneficios atractivos.
Beneficios de los motores híbridos
Dependiendo del esquema en el cual están conectados, ya sea paralelo o en serie, representan diferentes beneficios.
En el caso de los trenes híbridos, se encuentran conectados en serie. Esto quiere decir que solo el motor eléctrico es el encargado de propulsar las ruedas del tren. El motor de combustión solamente se encarga de alimentar las baterías y al motor eléctrico, a manera de un generador de energía.
Los principales beneficios de los motores eléctricos se reducen en dos:
- Los motores eléctricos son prácticamente libres de mantenimiento. El interior no tienen fricción, solamente tienen fricción los baleros o puntos de contacto en el núcleo. Debido a que el motor de gasolina solamente se encarga de alimentar al motor eléctrico el uso y esfuerzo es muy lineal, por lo que el mantenimiento del motor de combustión interna es mucho más simple. Este se reduce a cambios de aceite y reemplazo de componentes de manera programada.
- La entrega del par máximo de torque, que para el caso de los trenes es la fuerza necesaria para movilizar esa cantidad de peso que pueden mover, es inmediata como prender una luz. Esto evita las subidas de desarrollo de revoluciones por minuto de un motor de combustión que permiten llegar al torque y potencias máximos. Además de las pérdidas de potencia, cuando una transmisión genera un cambio de velocidad para mantener las revoluciones en el rango de entre de torque y potencia. Los motores eléctricos no requieren una transmisión como tal, solamente requieren un engrane que permite adaptar la relación entre las vueltas del motor y las ruedas para que no sea mucho torque lo que entrega. Esto se debe a que un motor de combustión puede entregar hasta 12 mil revoluciones por minuto, mientras que un motor eléctrico puede entregar más de 100 mil revoluciones. Claro, dependiendo de los motores y si eso se transmitiera directamente a las ruedas.
La entrega de torque inmediata genera menor perdida de energía, por lo tanto mayor economía al momento de comenzar a mover los trenes híbridos, con menores mantenimientos o por lo menos, mantenimientos más programados. Esto también representa un gasto menor para la operadora de los trenes.
¿Qué será el futuro que le depara a los trenes? ¿llegarán a ser cien por ciento eléctricos algún día? La manera en la que distintas industrias evolucionan y se adaptan a nuevas tecnologías la puedes conocer dando clic en esta liga.