La automatización y la robotización no son solo tendencias tecnológicas: son fuerzas que están reconfigurando el empleo industrial a nivel global. Aunque generan eficiencia y productividad, también plantean desafíos humanos, sociales y económicos que merecen atención.
¿Qué es la automatización y la robotización?
La automatización es el uso de sistemas tecnológicos para realizar tareas sin intervención humana directa (por ejemplo, software de control de calidad). Y la robotización es la implementación de robots físicos para ejecutar tareas mecánicas, repetitivas o peligrosas (como soldadura, ensamblaje o embalaje). Ambas tecnologías se complementan y están presentes en sectores como manufactura, automotriz, electrónica, logística y alimentos.
¿Qué tanto se está usando la automatización?
Según el World Economic Forum, para 2025 se estima que 85 millones de empleos serán desplazados por la automatización, pero 97 millones nuevos serán creados en sectores tecnológicos y de servicios.
En México, un estudio de la Universidad Autónoma de Coahuila reveló que los trabajadores industriales y oficinistas son los más vulnerables al reemplazo por automatización.
Las mujeres enfrentan menor riesgo de desplazamiento que los hombres, debido a su mayor presencia en sectores menos automatizables.
Las empresas que adoptan automatización reportan incrementos de productividad de hasta 30%, pero también enfrentan desafíos en la capacitación del personal.
¿La automatización elimina empleos?
Sí, pero también transforma y crea nuevos roles. Por ejemplo, desaparecen tareas repetitivas, pero surgen puestos en mantenimiento, programación, análisis de datos y supervisión de sistemas.
¿Qué habilidades serán más valiosas?
Algunas de las habilidades que no pueden ser sustituidas en la automatización y que continúan siendo valiosas son:
- Pensamiento crítico
- Adaptabilidad
- Manejo de tecnología
- Comunicación efectiva
- Aprendizaje continuo
¿Qué sectores están más afectados?
Algunos sectores industriales se hacen más vulnerables ante la automatización, por ejemplo:
- Manufactura tradicional
- Logística y transporte
- Atención al cliente automatizada
¿Cómo afecta a los trabajadores mayores?
Pueden enfrentar más dificultades para adaptarse, pero con programas de capacitación adecuados, muchos logran reconvertirse exitosamente.
¿Existen Mejores prácticas para enfrentar el cambio?
Sí, es posible tener un mejor manejo de la transición y presencia de la automatización, tanto como empleador o empleado. Estas son:
- Capacitación continua: Invertir en formación técnica, digital y habilidades blandas. Las empresas deben ofrecer programas accesibles y personalizados.
- Reconversión laboral: Identificar roles en riesgo y preparar a los trabajadores para nuevas funciones dentro de la misma organización.
- Diseño ético de automatización: Implementar tecnología con enfoque humano; no se trata solo de reducir costos, sino mejorar condiciones laborales y seguridad.
- Participación sindical y diálogo social: Incluir a los trabajadores en la toma de decisiones sobre automatización para evitar impactos negativos no previstos.
- Políticas públicas inclusivas: Los gobiernos deben fomentar incentivos para la adopción responsable de tecnología y proteger a los trabajadores vulnerables.
La automatización no es el enemigo del trabajo, pero sí exige una transformación profunda. El reto no es evitar el cambio, sino humanizarlo: que la tecnología potencie a las personas, no las reemplace sin rumbo. El futuro del trabajo será híbrido, colaborativo y más inteligente si lo diseñamos con conciencia.